Los dos estadounidenses liberados por Venezuela llegaron a su país

Dos estadounidenses condenados a prisión por corrupción en Venezuela llegaron hoy a Estados Unidos tras ser liberados ayer en Caracas, después de que los Gobiernos de ambos países mantuvieran conversaciones con vistas a reanudar el suministro de petróleo y la relación bilateral en general, algo que la oposición, liderada por Juan Guaidó, pidió que esté condicionado a avances democráticos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, confirmó a través de un comunicado que Gustavo Cárdenas y Jorge Alberto Fernández habían regresado al país.

«Expresamos nuestro más profundo agradecimiento a nuestros muchos socios en todo el mundo que se unieron a nosotros para pedir su liberación», señaló el funcionario estadounidense.

«Si bien damos la bienvenida a este importante paso positivo, seguimos presionando para que se libere a todos los ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente en Venezuela y en todo el mundo», subrayó Blinken.

 

¿Quién es quién?

Uno es Gustavo Cárdenas, uno de los seis ex ejecutivos de Citgo -la petrolera norteamericana que pertenece al Estado venezolano- presos en Venezuela desde 2017. Los otros cinco siguen en prisión.

A fines de 2020 fueron sentenciados a distintas penas de cárcel, por haber firmado contratos que «comprometían el patrimonio nacional», y el 4 de febrero pasado el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ratificó las condenas.

Cárdenas -quien fuera vicepresidente de Relaciones Estratégicas- y otros cuatro ex directivos de Citgo fueron condenados a ocho años y 10 meses de prisión, y José Ángel Pereira, ex presidente de la compañía, a 13 años y siete meses.

El otro es Jorge Alberto Fernández, quien fue arrestado a principios de 2021 acusado de cargos de «terrorismo» que la Casa Blanca describió como «espurios», agregó la sede de la Presidencia estadounidense en un comunicado.

«Estos hombres son padres que perdieron un tiempo precioso con sus hijos y con todos aquellos a quienes quieren, y sus familias han sufrido cada día de su ausencia», destacó el presidente estadounidense, Joe Biden, en un comunicado.

La liberación de Cárdenas y Fernández se produjo después de que este fin de semana, por primera vez en años, delegados de los Gobiernos de Estados Unidos y Venezuela conversaran en Caracas.

El encuentro, que fue confirmado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, fue promovido por Washington con el objeto de que Venezuela supla el petróleo que Estados Unidos dejará de comprarle a Rusia debido al embargo dispuesto ayer por Biden como represalia a la invasión a Ucrania.

«Fue una reunión muy diplomática y estuvimos casi dos horas hablando en un ambiente respetuoso y cordial», relató Maduro, quien participó del encuentro acompañado por su esposa, la diputada Cilia Flores, y el presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), Jorge Rodríguez.

Por su parte, Psaki afirmó: «El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración (de Biden) fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética, aunque también la situación de los estadounidenses presos en Venezuela».

La oposición venezolana, en tanto, liderada por Guaidó afirmó hoy que levantar sanciones estadounidenses a Venezuela «debe estar condicionado a avances democráticos y que anteponer criterios energéticos puede terminar por servir para financiar a una dictadura», enfatizó.

 

Retomaron el diálogo después de tres años

Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas a comienzos de 2019, cuando Washington desconoció el mandato que inició entonces Maduro por considerar que surgió de elecciones irregulares.

En esa época gobernado por el antecesor de Biden, Donald Trump, Estados Unidos fue uno de los primeros en reconocer como mandatario interino al opositor Guaidó, designado por la AN, que entonces tenía mayoría adversa al chavismo.

La situación no cambió a principios de 2021, cuando Biden sucedió a Trump y la AN pasó a tener mayoría chavista, tras el vencimiento del mandato de los anteriores legisladores, incluido Guaidó.

Desde 2019, Washington intensificó las sanciones aplicadas a Venezuela y, como parte de ellas, redujo sus compras de petróleo venezolano y las reemplazó por crudo ruso.

Ahora procura hacer lo opuesto, en medio del debate sobre un posible embargo a las exportaciones de hidrocarburos de Rusia debido a la invasión de este país a Ucrania, según analistas y medios estadounidenses y venezolanos.

Sin embargo, en los días previos a las conversaciones reconocidas anoche por Maduro y Psaki, Washington prorrogó el decreto que designa a Venezuela como «amenaza inusual y extraordinaria» a la seguridad estadounidense y Maduro ratificó su alianza «incondicional» con Rusia.